domingo, 7 de diciembre de 2014

La solidaridad en quince días

Navidad, mi época favorita del año. Gente decorando sus casas, familias reunidas por primera o segunda vez en todo el año, comidas interminables, compras…  La Navidad es una época muy bonita, para los que en una medida u otra podamos disfrutarla, gente como yo, por el momento. El otro punto de vista es de la gente que no tiene absolutamente nada el resto del año, que lamentablemente aumenta cada día en nuestro país.

En Navidad suponemos que todos nos volvemos buenos, recogemos alimentos en institutos, supermercados u otros lugares. Los comedores sociales ofrecen un menú especial. Alguna gente incluso invita a personas sin hogar a cenar en su casa. No creo tampoco en la erradicación de estas medidas, sino en que las instituciones pertinentes busquen medidas para, al menos, suavizar la miseria en nuestro país.

 A pequeña escala, si lo poco que ayudamos cada uno en diciembre, que no nos cuesta porque en Navidad, somos buenos, lo tenemos claro. Si colaboráramos día a día, mes a mes, junto con las propuestas de grandes instituciones, podría suponer que personas sin perspectivas de presente y mucho menos de futuro, pudieran elegir la vivir la vida que quisieran como todos queremos.

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